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ADMINISTRACIÓN LÍRICO-DRAMÁTICA
DE PILLO A PILLO
JUGUETE CÓMICO-LÍRICO
JEN UN AOTO Y EN PUOSA
OEIGINAL DE
GONZALO OAKTÓ
música del maestro
CLETO ZAVALA,
^m&m& — V v ■
MADRID
MAYOR, NÚM. 16, ENTRESUELO
1896
Digitizedby the Internet Archive
in 2011 with funding from
University of North Carolina at Chapel Hill
http://www.archive.org/details/depillopillojuguOOzava
CA
dr
9.
DE PILLO A PILLO
Esta obra es propiedad de su autor, y nadie po- drá, sin su permiso, reimprimirla ni representarla en España y sus posesiones de Ultramar, ni en los países con quienes haya celebrados, ó se celebren en adelante, tratados internacionales de propiedad literaria.
El autor se reserva el derecho de traducción.
Los comisionados de la Administración Lírico-dra- mática de HIJOS de E. HIDALGO, son los encarga- dos exclusivamente de conceder ó negar el permiso de representad ) i y del cobro de los derechos de pro- piedad
Queda hec 10 el depósito que marca la ley.
DE PILLO A PILLO
JUGUETE CÓMICO -LÍRICO
EN UN ACTO Y EN PROSA
OBIGINAL DE
GONZALO CANTO
MÚSICA DEL MAESTRO
CLETO Z AVAL A
Estrenado con éxito extraordinario en el TEATRO MA.RT1X la noche del J2 de Nonembre de 4896
MADRID
K. VeJasco, impresor, Marqués de Santa Ana, 20 Teléfono número fjt
IÜSO
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Upien.aa pal.
C/cr/¿za¿tr K_^a
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REPARTO
PERSONAJES ACTORES
ALVARO Srta. Puado.
ANGUSTIAS Outiz.
REMEDIOS Sua. Díaz.
BLASA Suta. Molins.
LINO Su. Chicote.
DON JOSÉ Rodríguez.
DON ROQUE Domínguez.
Por derecha é izquierda las del actor
El derecho de reproducir los materiales de orquesta de esta obra pertenece á D. Florencio Fiscowich, á quien dirigirán sus pedidos las empresas teatrales que deseen ponerla en escena.
ACTO ÚNICO
Decoración. Gabinete de estudio en casa de un doctor; puerta al foro y laterales, en ambos términos; un armario ropero grande foro izquierda; entre el foro y el segundo término derecha un caballete con un encerado; junto á éste una mesa de despacho; en primer término izquierda un velador; en una de las sillas un bastidor de bordar.
ESCENA PRIMERA
DON JOSÉ y BLASA
José Pues, sí, Blasa, los asuntos no pueden mar-
char peor. Soy el médico más desgraciado de Madrid.
Blasa Desde que se hizo usted especialista en en-
fermedades del cerebro...
José Pasa una cosa especial, ya lo sé. Pero tengo
mis planes; me aguardan futuras riquezas... mi situación va á dejar de ser embarazosa.
Blasa ¿Qué? ¿Por fin va ;i hacerse usted especia-
lista en partos?
José ¡Cá, mujer! Mis esperanzas todas se cifran
en mi sobrino.
Blasa ¿En el señorito Alvaro? (con disgusto.)
José Justo. Un muchacho huérfano, guapo, rico
y listo, cuyo único pariente soy yo, y...
Blasa No comprendo.
José No seas torpe, mujer... Y yo tengo una hija
guapa, candorosa, honesta, y... ¡los caso, vaya si los caso!
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— 8
Blasa José
Blasa José
Blasa José
Blasa José
¡Si él es un calavera, un perdidol Exageras, Blasa, exageras; eres una estú- pida.
Porque soy clara...
Sí; pero tus claridades no me gustan, y para convencerte de ello de un modo indiscu- tible... ¿Qué?
Tráeme el chocolate y verás qué claridad tan insustancial; anda. Claro...
Ya me lo figuro. (VaseBlasa segunda izquierda.)
ESCENA II
DON JOSÉ
Puede que sea calaverilla. Esto es natural en un muchacho listo; pero si yo consigo que le interese Angustias, ya será otra cosa. Precisamente por eso le he traído á casa. Tratándose los muchachos, sienten más vivo el mutuo afecto.
ESCENA III
Lino
Ang.
José
Los dos
José
Ang. José
Lino
DICHO, LINO y ANGUSTIAS primera izquierda
i Da USted SU permiso, papá. (Entran cogidos de
Adelante, hijos míos.
¡Santos y buenos días, papá! (Besándole la mano.) ¿Cómo ha pasado usted la noche? Mal, hijos míos; el maldito reuma me la hizo pasar en un ¡ayl Ea, sentaos. Y tú, ¿qué tal has estado, hija mía? Regularmente. Me ha dolido la ternilla. ¡Qué ternural Eso no es nada, hija; tómate dos bizcochos más en el chocolate y se pa- sará... ¿Y tú? (A Lino.)
(¡Dos bizcochos másl) ¿Yo?... Pues he te-
— 9 —
nido... una poca de calentura, porque me ha dolido algo la... tibia.
José ¿A ver cómo estás? (Le toma ei pulso.)
Lino Tibio.
José No tienes nada; pero, mira, no tomes cho-
colate hov.
Lino ¿Que no? Pero si. .
José Es que temo por tu estómago.
Lino Pues por eso temo yo ...
José A ver la otra mano. Nada, no es nada; estás
fresco.
Lino Claro; si no tomo chocolate estoy fresco, y
tan fresco.
ESCENA IV
DICHOS y BLASA
Blasa El chocolate
José Tráelo aquí. . Sentaos cerca, hijos míos, (se
aproximan.) Así. (Se sientan los tres.) ¿Coil qué
sirves hoy el chocolate?
Blasa Pues, como todos los días. Ya se sabe; con
barra.
Lino (La barra fija.)
José ¡Caramba! ¿Y por qué la traes tan dura? (Es-
forzándose en partirla.)
Blasa Porque así, dura... dura más.
Lino Parece un cerrojo.
José En fin, paciencia. ¿Y qué tal andas con tus
labores, hija? (Tiene, mientras habla, una sopa de chocolate en los dedos y la pasa por la cara de Lino, que intenta comérsela.)
Ang. Bien, papá. Anoche bordé dos claveles y tres
campanillas en el almohadón; pero dile á Lino que no las toque.
José Lino, no le toques las campanillas á la chi-
ca... Toma, hija, una sopa. (Se la da. Lino se desespera, de ver que no ha podido comérsela. Moja otra supa y se la come, y luego otra y acciona.) Y
tú, ¿cómo vas de matemáticas? (a Lino.) Lino Regular.
José ¿En qué estás ahora?
— 10 —
Lino
José
Ang. José
Lino José
Ang.
José
Lino José
Lino José
Ang. José Blasa José
Blasa
Lino José Blasa José
Lino Blasa
En almorzar.
Y ditne, hija, ¿qué tal te parece tu primo
Alvaro?
No me parece mal. (Lino intenta comerse la sopa.) ¡Qué Candor! (Lino se come la sopa.) ¡Y qué...
demontre! ¡Que me has mordido! (a Angustias.) Conque le quieres, ¿eh?... (Aparte.) (Esa ya me la tenía yo tragada.)
(Aparte.) (El que se la tiene tragada so}r yo.) Pues mira, hija mía; ahora que tu primo está en casa, has de mostrarte agradable con él, aunque circunspecta... Toma. (Le ofrece una
sopa. Angustias abre la boca, pero no se la da don
José.) Pero siempre contando con que esta cir- cunspección ha de Ser... así... (Se come la sopa, dejando á Angustias y á Lino con la boca abierta.) Ca- riñosa. (Moja otra sopa y acciona.) ¿Entiendes?
Sí, papá.
Este consejo te lo doy á tí... (Lino coge la sopa.)
¡Canastos!
(con la boca nena.) ¿Pues no decía usted que
me lo daba á mí?
(Mojando otra sopa.) Te lo doy... (a Lino.) Cuida- do. (A Angustias.) Contando COll... (a Lino, que
abre la boca.) ¡Que te voy á reventar!
Si es que bostezo...
(a Angustias.) Contando con tu discreción.
Bueno, papá.
Toma, Blasa, que ya no quiero más.
Está bien.
¿Está bien?... Está claro; por eso no quiero
más. (Se levanta. Blasa recoge el servicio.)
Pero si hago media onza para cuatro y tiene que sobrar para el perro... ¡cómo va á estarl Venid, venid vosotros al comedor, y os lo daré.
Vamos, vamos. Tú, no.
¿Pero por qué no?
Porque padece de pereza digestiva, y el cho- colate...
El chocolate me desperezará. Vamos, hijo, que te guardo dos migotes. (Vanse.)
— i i —
ESCENA V
DON JOSÉ
Ea; á aviarnos despacio y á empezar la visi- ta; así daré lugar á que venga Alvarito antes
de que yo salga. (Vase primero izquierda.)
ESCENA VI
ALVARO (1) por el foro derecha
Música
Con mi traje de marino he llamado la atención, y á las chicas de buen tono dando voy la desazón. Soy un chico calavera, como ya ustedes verán, seductor como un Tenorio y fino como un don Juan. Cuando por la calle veo una modista, la sigo la pista y giro el timón. La pongo la proa y con rumbo incierto la sigo hasta el puerto de mi salvación. Ella es una góndola, yo un barco de vela, y en pos de su estela corro sin temor, y pierdo la brújula y me voy á pique como no la explique que muero de amor. ¡Ay, qué pillín!
(1) Viste traje de guardia marina.
— li —
¡Qué pillín soy!
Yo siempre al bulto
derecho voy. Bebo ginebra, fumo y no poco y por las hembras me vuelvo loco.
No me mareo
ni me da pena
si se alborota
de pronto el mar.
Mas cuando veo
á una morena
por esas calles,
yo no se andar.
¡Cuántos encantos,
cuántos placeres!
Yo no respondo
desde hoy de mí.
tin tierra firme
por las mujeres
Me voy á fondo
si sigo así.
Mejor que un barco
se balancean,
es una gloria
verlas andar.
¡Benditas sean,
son más saladas
que las salobres
aguas del mar!
Cuando por la calle, etc., etc.
¡Ay qué pillín, etc., etc.
Hablado
¡Bien se aprovechan las vacaciones! Nada, que soy terrible. Mi corazón es una brújula que siempre me orienta hacia las mujeres. Esta mañana, salí exclusivamente por ver á Dolores; una morena más salada que el mar. Iba á hacer provisiones; lo adiviné por el velamen; le puse la proa y largué los trapos. Vira en redondo; se para en una tienda y me quedo al pairo: sigue y sigo, do- blo la marcha, camino con todo viento, en-
— 43 —
tro al abordaje... y no nos hemos ido á pique por el carnicero. ¡Maldito falucho! ¡Yo que había arriado ya la cangreja! Por fin, nos pusimos al habla... y me ha dicho .. nada, casi nada, que su madre, una fragata por carenar, ha cogido la carta que le di ante- ayer, citándola para que viniera conmigo á tomar café, y escandalizada la tal señora,, (de las libertades que nos hemos permitido), va, nada menos, que á venir á hablar con mi tío, para que formalice nuestras relacio- nes, con la amenaza de enterar de cuanto ocurrre á su marido, un bergantín que hace agua. ¡Vaya un cisco! Ahora van á descubrir que he tomado el nombre de mi primo para hacer el amor á esa chica. ¡Pobre Linol Ellos: disimulemos.
ESCENA VI
DICHO y DON JOSÉ, LINO y ANGUSTIAS, primera izquierda
José Hola, Alvarito, ¿ya estás de vuelta?
Alv. Sí, tío mío, muy buenos días. Felices,.
prima.
Ang . Felices.
José ¿Y eso, tan madrugador?
Alv. Pues la costumbre. He salido á dar un pa-
seo.
José (a Lino.) Aprende tú, que eres tan perezoso.
Alv. ¿Conque tanta pereza?
Lino Mucha; por tenerla, hasta la tengo digestiva.
José En cambio aquí tienes á tu prima, una mu-
chacha muy hacendosa y muy lista.
Alv. Conque tan lista, ¿eh?
Lino La lista grande.
Ang. Gracias; es favor.
José Borda admirablemente. Ahora está hacien-
do un almohadón... Enséñale á tu primóla
campanilla. (Angustias abre la boca, que Alvaro- mira.)
Lino Oye: pero no la toques que se incomoda.
— 14 —
José ¿Pero ves qué inocencia? No es esa campa-
nilla, mujer, si no la que estás bordando. Ang. ]Ah! bueno, (coge el bastidor.) Aquí está.
ALV. Muy bonita. (Aparte.) (Rica...) (La abraza).
Ang. Es favor...
José Además, se está poniendo muy guapa.
Alv. Ya lo creo...
José (Exploremos.) Dirne, dime, ¿conque te gusta
tu prima, ¿eh?
Alv. Muchísimo.
José ¿Y qué clase de cariño la profesas?
Alv. Pues... clase...
Lino Extra.
José Quiero decir que cómo la quieres.
Alv. Pues como á todas.
José ¿A todas?
Alv. A todas las primas, (se rueiye á ella.) (Rica.)
(Abrazándola). ANG. ¡Qué vergüenza! (Se separa, quedando Lino Junto
á Alvaro.)
José Oye, oye; y si cuando acabaras la carrera te
la diera yo en... ALV. Pues la tomaría. (Rica). (Abraza á Lino, creyendo
que es á Angustias )
.Lino Está allí, está allí, (por Angustias.)
Alv. (¡Caracoles!)
José ¿Y te casarías con ella?
Alv. Eso no...
José ¿Qué?
Alv. Que eso no ío dude usted. (Si me oyera Do- lores, ó la fragata de su madre...)
José Dale un abrazo, bribón, (los acerca )
Alv. No me atrevo (Aparte.) (delante de todos.)
José Anda...
Alv. Me da vergüenza.
LlNO |Já, já, já! (Se ríe con malicia.)
José ¿De que te ríes tú, cernícalo?
Lino De que le da vergüenza, y ayer...
José ¿Qué?
Lino Que ayer... le pasaba lo mismo. (Airaro y An-
gustias se abrazan.)
José Ea, basta de abrazo»; quereos mucho los
tres; eso me regocija; y ahora al trabajo. Tú á tus labores, hija, y vosotros á estudiar. A
— 15
ver, Alvarito, si repasa éste contigo la arit- mética.
Alv. ¿Estás muy adelantado?
Lino Adelantadísimo en el último mes... de
curso. i
Alv. Bien, bien, repasaremos juntos.
José Yo voy á hacer unas visitas. Con que id á
buscar los libros; formalidad y hasta luego.
(Vase foro derecha.)
Lino Bueno, pues voy por la aritmética. (Medio
mutis.) ALV. Y yo también. (Vase primero izquierda.)
ESCENA VIII
LINO
(Adelantándose al, público y mirando á uno y otro
lado.) ¡Que soy un tonto! ¡Que me mamo el dedo! ¡Que no tengo partido con las mujeres! ¡Que no me revientan hoy de una paliza! ..
Esu. . . eSO Sería Un pueblo. (Vase rápido segundo izquierda.)
ESCENA IX
BLASA, foro derecha
¡Casar á la pobrecilla Angustias con ese ca- lavera! El señor, desde que se dedica á esas enfermedades de la cabeza se ha vuelto loco, y lo peor es que nos va á volver á to- dos. Aún vamos sin camisa, á Dios gracias, pero el mejor día, nos la tenemos que poner unos á otros de fuerza, pero de mucha fuerza.
— 16 —
ESCENA X
DICHA y DON ROQUE, foro derecha
Roque ¿Da usted su permiso, caballero? (Desde la.
puerta .)
Blasa ¡Ay que susto! ¡Y me llama caballerol...
¡Este es un loco! ¡Ay, vayase usted! (Es un
loco; ¡qué cara tiene!) Roque Y bien, ¿vive aquí don José Robles, célebre
alienista? Bi.asa Sí, señor; pero no está en casa, ha salido;
vuelva usted si tiene que verlo.
ROQUE (Queda pensativo.) ¡Ah, Señora! (Con viveza.)
Blasa ¡Dios mío, si llevará camisa este hombre!
Roque Tengo que verle. Necesito tratar con él de un asunto grave, pero muy grave.
Blasa ¡Ay, qué grave está este hombre! Vuelva
usted, vuelva usted luego.
Roque A eso vengo, á volver... por los fueros ultra-
jados de la sociedad y de la familia.
Blasa Usted es... así... Vaya... mono...
Roque ¿Qué está usted diciendo, señora?
Blasa Si es usted monomaniático.
Roque ¡Oh, no! Yo vengo á pedir reparación por
una joven burlada y una señora escarneci- da, que del disgusto han perdido el juicio.
Blasa (Aparte.) ¡Dios mío! ¡Está loca-toda la familia!
¿Del disgusto de qué?
ESCENA XI
DICHOS; LINO leyendo. Sale despacio, segundo izquierda. Al ver
á don Roque, sin hablar y con cautela retrocede y se mete en el
armario
Roque Un joven que vive aquí es el causante. Blasa ¿Se llama Alvaro, Alvarito?
Roque El mismo, el mismito. Blasa (¡Granuja!) Dígame usted lo que ha hecho;
soy de confianza. Yo se lo contaré á su tío.
— 17 —
Roque Señora: hay cosas para las cuales toda con- fianza es insuficiente; cuénteselo usted á su tío, y dígale usted que clon Roque Salvadera, empleado en la Dirección de Impuestos, vol- verá á verle y á exigir...
Blasa Una reparación.
Roque No, señora. Una papeleta de empeño y una satisfacción á dos mujeres desamparadas, en las que estoy empeñado. A los pies de usted.
¿Vase.)
ESCENA XII
DICHA, LINO
Lino (saliendo del armario.) ¿Don Roque aquí? ¡Cielo
santo! Ya se fué. ¡Qué miedol Y viene por la papeleta...
Blasa ¿Pero de dónde sales, hijo?
Lino Pues.-, de ahí, del armario.
Blasa ¿Y qué hacías en él?
Lino Pues... buscar las matemáticas.
ESCENA XIII
DICHOS, DON -ROQUE
Roque (Desde la puerta.) Señora...
LlNO ¡Canastos! (Vuelve al armario.)
Roque Cuénteselo usted á su tío todo, todo cuanto
dije. (Vase.)
Blasa Pierda usted cuidado, caballero, (sacando á
Lino.) Pero, ¿por qué te escondes, hijo?
Lino Perqué lo he oído todo, todo cuanto dijo, y
á mí estas cosas me dan mucha vergüenza.
Blasa ¡Qué inocente y qué prudente! Tu primo es
un pillo.
Lino No grites. ¡Ya, ya! El pillo... (con misterio.)
Blasa ¿Qué?
Lino Que el pillo es él.
ALV. (Saliendo primero izquierda.) Ea, á estudiar.
B (¡Granuja!) !
2
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Lino Cierra, y déjanos solos. (Aparte.) (¡Don Roque
aquíl Hoy me revientan ) Alv. ¡Qué cara de asustado tiene éste! (vase Biasa
segundo izquierda. Lino cierra la puerta.)
ESCENA XIV
LIÑO y ALVARO. Lino se sienta eu l.i mesa dt-l despacho mirando el libro con la cabeza entre las manos, y Alvaro junto á un velador con otro libro. Lino murmura como si estudiara, y suspira luego.
Alv. (Aparte.) ¡Me voy á divertir! ¡Ojalá llegara
doña Remedios en este momento! Yo enga- ñaría á este tonto, y saldríamos del paso de cualquier manera; pero como se encuentre con mi tío, me he perdido.
Lino (Aparte.) ¡Ay, don Roque, si ve á mi padre,
¡qué lluvia de estacazos!...
Alv. (Aparte.) Yo, si pudiera, me iba á la calle; pero
éste lo dirá. Ahora cogía yo á este bruto
y le...
Lino ¿Quieres dividirme?... (Que buena falta me
hace.)
Alv. (De buena gana.) ¿Qué quieres que te divida?
Lino Un entero por un roto, digo, por un que-
brado.
Alv. No hay inconveniente. Escribe una cantidad
cualquiera.
Lino (En la pizarra.) 4286. Ya está. (Si me coge don
Roque, me revienta.)
Alv. Dividido por un tercio.
Lino (Por un tercio de la guardia civil la dividi-
ría yo.) Ya está. (Escribiendo )
Alv. (i Ay, si viera ahora á mi Dolores!)
Lino Hombre, yo la multiplicaría por dos cuar-
tos, si te parece.
Alv. Por menos de dos cuartos la multiplicaría
yo. (Lino se pone á escribir números en la pixarra.)
Lino Pues me parece que me va á salir mal la
cuenta. Alv. Y á mí también.
Lino ¿Qué?
— !9 —
Alv. Que dejemos eso. Oye, ¿quieres que haga-
mos una cosa? Limo "¿Cuál?
Alv. Que tiremos los libros y gocemos un rato.
Lino Hombre, pero... (con cortedad.) Eu fin, venga
juerga... ¡Já, já, já! ^Tira los libros, salta y corre.) ¡Al diablo los libros! (Queda muy corrido.) ¡Já, já, já! (Corre vergonzosamente.)
Alv. (¡Vaya un tonto!) Te propongo una cosa.
Lino ¿Qué cosa?
Alv. Tengo en mi baúl una botella de manza-
nilla. (Con misterio.)
Lino ¿Para la bilis?
Alv. Para la alegría.
Lino ¡Ay, qué bien! ¡Ole por las personas de cutis
y circunstancias!
Alv. Vamos á brindar por nuestras novias...
Lino ¡La fija! ¡Yo le voy á contar lo que me
pasa.)
Alv. (Yo se lo digo á éste.) Porque yo supongo
que tú tendrás novia...
Lino Tengo... (con mist*io.) una novia, y...
Alv. Y más.
Lino Ya lo creo; y un compromiso muy gordo.
Alv. Pues yo tengo otra novia y otro compromiso
casi tan gordo como el tuyo, y lo peor es... (Lo que es que tomé su nombre y no me atrevo á decírselo.)
Lino Lo peor es que... (Yo no le digo lo del nom-
bre.)
Alv. Pues voy por la botella. Tú observa por si
viene alguien. (Vase primero izquierda.)
Lino ¡Tañando!
ESCENA XV
LINO
¡Y dice que si tengo novia! ¡Ojala no la hu- biera tenido! Yu parezco tonto por esta cara que me traigo; pero, ríanse ustedes de la cara. A mí por donde hay que verme es por la cruz. Como soy tan pillo, una noche me
— 20 —
fui á tomar café y entré en el Siglo. Allí co- nocí á Teresita. ¡Vaya una mujer! ¡La mujer del siglol Estaba con su madre, una señora viuda que tiene relaciones frágiles con ese señor don Roque de mis pecados. Me decla- ré á Teresa y conseguí que accediera á mis pretensiones. Una noche se empeñaron en ir á la Infantil. Yo no tenía dinero; se lo- dije á Teresa, y comprendiendo mi apuro, se quitó una pulsera de oro y pedrería que llevaba, por la que dan treinta reales, y la empeñé. Al día siguiente no parecí por el Siglo. Han tomado mi ausencia por olvido,. y envían á don Roque por la papeleta. Y ahora vendrá preguntando por Alvaro. Bue- no se va á poner.
ESCENA XVI
LINO, ALVARO y ANGUSTIAS
i
Alv. Aquí está la botella.
Lino ¡Caracoles, mi hermana! (coge el libro ai ver á
Angustias. )
Alv. Sí, tu hermana; la he convencido para que
venga á beber una copita con nosotros.
Lino Bueno; entonces... ¡Viva tu gracia! ¡Chachi-
pén, ole y ande la vértiga!
Ang. ¡Ay, pero me da mucha vergüenza!
Lino Sin vergüenza, sin vergüenza.
Alv. Ya está destapada; vengan las copas.
Lino Verás cómo me doy dos pataitas; mira. (Ta-
rarea y b ila flamenco.)
Ang. ¡Ay, qué bien! ¡Parece mentira! ¡Qué pillín
eres!
Alv. Bebamos.
Lino A beber, á beber y á... (cantando.)
ANG . (Bebe de un trago toda la copa.) ¡Ay, qué rico!
Lino ¡Anda, anda y cómo le gusta la bebía! Ahora
á bailar. Ang. Si no sé.
Alv. ¿Que no sabes? Yo te enseñaré, (i.ino, saltando,.
se apodera de la botella y no deja de beber.)
-21 —
Música
Cuando juntos mi dueño adorado esos mares te lleve á cruzar, otro cielo has de ver retratado más azul en el fondo del mar. Lino ¡Esto es gozar!
Alv. Si es que miedo las olas te inspiran,
soy un bravo marino español, y es espejo el mar en que se miran las estréllasela luna y el sol. Lino ¡Viva el alcohol!
Alv. No tengas miedo
de naufragar, que yo aun te puedo, mi bien, salvar. Ano. Miedo contigo
no he de tener, si es que consigo tu esposa ser. Lino Venga otro trago,
no hay que temblar, yo no naufrago nunca en el mar. ¡Ah! ¡Ah! Alv. y Ang. ¡Qué placer!
Ya verás, siempre juntitos los dos, Lino A caer,
Lino, vas ííí no lo remedia Dios. Alv. j Siempre juntitos los dos. Ang. ( Al arrullo mi bien , de las olas
que á la playa empujándose van, cantaremos tú y yo barcarolas que en los aires repercutirán. Lino Las mujeres se pintan hoy solas
para echarle el anzuelo á un barbián, pues son truchas que tienen dos colas y no comen migajas de pan.
ALV. j A este vaivén ("Meciéndose.)
Ang. { verás qué bien
22 —
se duerme allí, |
||
se duerme allí. |
||
Lino |
Bebamos más, bebamos más, aunque el compás por hoy perdí. |
|
Alv. |
Así. |
|
Ang. |
Así. |
|
Alv. |
' ) Las olas nos mecerán. |
|
Ang. |
1 |
Así, así. (Bebiendo.) |
Lino |
Las |
penas al fondo irán. |
Alv. Ang. |
1 |
Así |
Lino |
Así. |
Voy á cantaros una canción de esas que tienen mucha intención. Alv. \ Venga de ahí,
Ang. / empieza ya,
¡ole que que sí! ole y olál Lino Se casó don Gregorio con Pura
porque era un hechizo, y hasta el nombre que usaba la moza
llevaba postizo. Y no falta quien sabe, y el caí^o es grave, que además de los dientes
y del polisón más postizos llevaba aun encima. ¡Pero no es prudente decir cuales son! Alv. ) ¡Já, já!
Ang. I ¡Qué oportuno está!
¡já, já, já, já! Canta ya otra vez, Lino ¡Dios mío, qué trucha!
. ' | ¡Dios mío, qué pezl
Lino Por querer contraer matrimonio
me han dicho que Irene relaciones con Roque y Antonio, con Pedro y Juan tiene,
Todos
y no falta quien sabe,
y el caso es grave,
que al hablarles de boda,
que es solo su afán,
se ha quedado la pobre muchacha sin Hoque ni Antonio, sin Pedro y sin Juan,
¡Já, já! qué oportunamente, etc., etc.
Hablado
Alv. ¡Ole tu garbo y tu gracia y viva la sal!
Ang. |Ay, qué mareo, que se me sube á la cabeza!
Dame un abrazo. Lino Toma.
Ang. No; que me lo dé Alvaro. (Abraza á su primo.)
Lino ¡Anda, qué melosa está!
Ang. [Ay! que venga papá. Yo me pongo mala;
¡ay, primo mío! Alv. i Mujer, por Dios, no; eso podíamos hacer!
Toma otro abrazo. Ang. Ya estoy mejor.
Alv. ¡Canastos! que llaman, (a Angustias.) Huye.
ANG. ¡Dios mío! (Se va primera izquierda.)
Lino (Yéndose á la pizarra.) A más B, más C, más
K, más K. (Después de haber guardado la botella y las copas.)
Alv. (Abre) Adelante.
ESCENA XVII
LINO, ALVAKO, BLASA entrando
Blasa ¿Pero qué ruido es éste?
Alv. Pues una disputa de aritmética que tenía-
mos; la elevación á potencia. ¿Tú sabes ele- var, Blasa?
Blasa Yo qué sé... (¡Miren el pillo qué cara de san-
to!)
Lino Más K.
Blasa Y tú ¿qué haces?
— 24 —
Lino Más B, más C, más K, más K.
Blasa Masca, hijo, y trágalo de una vez. ¿Qué es-
tabais haciendo?
Lino Una operación; la' extracción de raigones,
digo, de raíces.. A más B, igual á...
Blasa ¿Y te han hecho daño?
Li\o Ya lo creo; es una operación difícil... Es
igual á...
Blasa Dichosos vosotros que aun os quedan mue-
las.
Lino Es igual á...
Blasa Hombre, si es igual cállate, (suena la «ampani-
íia.) Llaman; ¿quién será? voy á abrir, (vase.)
Lino i, a parte.) ¿Si será don Roque?) ^Aito.) Mas B,
más C, más K.
Alv. ¡Hombre, calla ya! (Aparte.) (¿Si será doña
Remedios?)
Lino A C y T... ¡Mi padre!... ¡Canastos!
Alv. ¡Aceite.! ¡Que viene el tío! (vanse rápidos.)
ESCENA XVIII
BLASA y DON JOSÉ por el foro.
José Blasa
José Blasa
José Blasév
José
Blasa José
¿Y los chicos?
Hasta ahora han estado masca que marca en
los libros, y al oir llegar á usted se fueron á
sus cuartos.
Muy bien.
Señor; vino un caballero preguntando por
usted; quedó en volver.
¿Qué quería?
(Aparte.) (No quiero decirle nada; que se s r-
preilda.) (Alto.) No Sé. (Suena la companilla.) El
puede que sea.
Que pase. Ya hace rato que es la hora de
consulta.
Una señora.
Que espere mientras me pongo el batín..
(Vase primera izquierda.)
— 2o - ESCENA XIX
DOÑA REMEDIOS Bueno, esperaré. (Como contestando á Biasa.) ¡Ay,
Dios mío! Si mi marido supiera el paso que doy, me mataba. ¡Pero qué mundo este! Un chico que parecía tan decente, proponerle á mi Dolores un rapto; que se fuera con éi ala isla de Cuba nada menos. ¡Jesús! ¡Jesús! Nada; es preciso que se casen. (Transición.) El padre, (viéndolo salir.) Serenidad.
ESCENA XX
DOÑA REMEDIOS y DON JOSÉ
Jóse Muy buenos días; á los pies de usted.
Rem. Beso á usted la mano. ¡Ay, caballero!
José (Lo dicho, una enferma.) Tome usted asiento.
Rem. ¡Ay; caballero de mi alma! Usted no sabe el
dolor que produce dar un paso como éste. José ¿Como cuál?
Rem. Como este. (Da un paso.) ¡Ay, Dios mío!
Jóse No se queje usted, señora, que no será nada.
Rem ¿Que no será nada? Entonces no sabe usted
lo que es ser madre. José No, señora, á Dios gracias. ¿Pero se trata de...
de... ser madre? Rem. No, señor; de haberlo sido.
José Vaya, consecuencias...
Rem. Sí, señor; consecuencias de una debilidad.
José ¿Larga?
Rem. No señor, corta; ¡ay! Pues si es larga, yo no
sé lo que hubiera pasado; en fin, tengo tras- tornada la imaginación. Jóse ¡Ali, ya! Ahora comprendo de lo que usted
se queja. Y... vamos á ver; ¿qué síntomas
empezó usted á notar? Rem. Pues se lo diré á usted todo. Una noche, al
quedarmedormida, con esa tranquilidad con
— 26 —
que nos dormimos las madres estando ellos allí...
José ¿Los síntomas?
Rem. No, señor, ellos.
José Bueno, siga usted. (Locura por obstinación.)
Rem. Empecé á notar al dormirme así, como si
hablaran bajito y callaran luego, y como si apagaran la luz.
José Vamos, sí, ya comprendo; ilusiones auditi-
vas...
Re?¿. No, señor; ¡qué habían de ser ilusiones! Des-
graciadamente, eran realidades.
Jóse Bueno; y habrá usted sufrido mucho.
Rem. El golpe que recibí fué fatal.
José ¿Ha recibido usted un golpe? ¿En dónde?
Rem. En el alma.
.Jóse Vamos, se trata de una afección moral.
Rem. ¡Qué ha de ser moral! Todo lo contrario.
José (¡Está trastornada!) Y ahora, ¿qué siente
usted?
Rem. ¿Qué he de sentir? ¡ Deseos de matarlo! (con
furia. "í
Jóse ¡Señora! No se altere usted. Eso que siente
usted es nervioso. ¿Y fatigas?
Rem. También paso muchas.
José ¿Y dolores?
Rem. Dolores, en cuanto lo coja, lo revienta. Por-
que ella no es capaz de hacer mal á nadie, ¡pero está tan desesperada... la pobre!
José Pero, señora, ¿de qué está usted hablando?
Rem. Pues de su hijo de usted.
José ¿De mi hijo? Pero si yo creí que me hablaba
usted de una enfermedad... ¿Conque de mi hijo?... ¿De Lino?
Rem. Sí señor; de Lino Robles, que es un pillo,
un bribón.
José Pero, señora, usted está loca; si mi hijo...
Rem. Es un granuja, que tenía relaciones con mi
hija Dolores y ha tratado de robármela y lle- vársela á la isla de Cuba. En el bolsillo tengo la carta.
José Permítame usted que dude. ¡Estoy confun-
dido! Si mi hijo es un cordero; si él no se ocupa de las mujeres...
— 27 —
Rem. Para nada bueno. Pues como mi marido se
entere va á haber una desgracia.
José ¡Jt sus, Jesús! ¿Y quién es su marido?
Rem. Don Roque Salvadera, empleado en la Di-
rección de Impuestos.
José ¡Ya, ya, Salvadera! ¡Pero mi hijo!...
Rem-. Me dio palabra de casamiento, y fiada de él
entró en casa, y ahora ya ve usted, un rapto nada menos.
José ¿Y qué es lo que usted pretende?
Rem. Pues que se case con mi hija.
José (¡Vaya un aprieto en que me ha puesto ese
pillo! ¡El dichoso tonto!) Señora, permítame usted que antes de decidir le interrogue á él, y luego hablaremos.
Rem. No hay inconveniente. Pero no sé si podré
Contenerme. (Ocultándose detrás de la pizarra )
José Procúrelo usted. ¡Lino, Lino! (Llamando.) Pues
señor, no vuelvo de mi asombro. ¡Lo re- viento!
ESCENA XXI
DICHOS y LINO
35 úsicn
Lino (¡Dios mío, Dios mío!
mi padre enfadado, de fijo que ahora me va á reventar. Don Roque del lío le habrá ya enterado, y pues nada ignora, mejor es hablar.) Papá, yo la quiero, los dos nos amamos, y sin su cariño yo voy á morir. Su rostro hechicero me tiene hecho un lila, pues tengo pupila y sé distinguir.
— Í8 —
Su madre, la guerra nos ha declarado, y todo por nada, cuestión de cafés. No supe lo que hice; pero no es casada la madre, aunque dice que sí que Jo es. Pues ese don Roque aun no es su marido; sin duda por eso n:e tiene á mí horror. Por un alcornoque á mí me ha tenido; mi culpa confieso, confieso mi error. Mas todo lo paso, porque es la muchacha lo más vivaracha que usté conoció No se desespere. ¡Qué hacer en tal caso! Pues si ella me quiere, ¿qué vny á hacer yo? Transija usted, padre, la niña es muy mona, su cuerpo y su cara no tiene rival. En cambio es la madre, muy mala persona, y el mismo don Roque es un animal.
Hablado
José ¿Pero no es su marido ese don Roque?
Lino ¡Qué ha de ser! De ganas
José Baja la voz
Linó Dice que es viuda, ¡pero me río yol
José l 'ero si á mí me ha dicho que era casada...
LiivO Le digo á usted que es una enredadora.
Rem. Oiga usted, mamarracho, ¿qué está usted
diciendo? (Saliendo.)
José (¡Ay, Dios mío, qué compromiso!)
- 29 —
Lino (Asustado.) ¡Caracoles, pero esta señora!...
José Es la madre... Ahí le tiene usted, señora.
Rem. ¡Pero si yo no conozco á este joven I
Lino Ni yo conozco á ella. . .
José ¿Cómo que no? Pero...
Rem. Ese joven no es hijo de usted, caballero.
José Oiga usted, señora, poco á poco.
Lino Poco á poco, señora; si sabrá mi padre de
quién soy hijo... (Aparte.)(Pues este es otro lío.) Rem. Usted se ha confundido, caballero.
José ¡Canastos, que me he confundido! Es hijo
mío, Lino Robles; lo sé á punto fijo. Rem. ¡Cómo Lino!... ¿Pero quién es aquí Lino?
Lino ¡Ah! ¿Pero usted busca á Aquilino? Pues
Aquilino es el sereno. Rem. No, si digo que quién es Lino aquí.
José El.
Lino Yo.
Rem. ¿Qué ha de ser usted Lino, hombre?
Jcsé Pero no es este el novio de su hija de usted?
Rem. No, señor; no tiene tan mal gusto.
Lino (Aparte.) Me parece que me han llamado feo.
José Vamos á ver si nos entendemos. ¿Ni este es
el novio de su hija de usted, ni esta es la
madre de tu novia? Lino Eso.
Rem. Justo.
José ¿Usted tiene una carta firmada por Lino?
Rem. Sí, señor.
José Pues venga la carta y veremos la letra.
Lino Eso; y por el hilo se saca el... Lino.
Rem. Ahí va.
José (se separa y lee.) (¡Cielos, letra de mi sobriDo!
¡Ha tomado el nombre de mi hijo!) (Don José
queda leyendo ) Ya decía yo que este infeliz
era incapaz de enredo semejante. Rem. (a Lino.) Dijo usted que conoce a don Roque
Salvadera. Lino |Ya lo creo que le conozco! ¡Como que va á
ser padre... Rem. No comprendo lo que dice este joven.
José Oye. ¿Pero qué enredo has metido?
Lino Verá usted, señora; el padre precisamente
no es él.
— 30 —
Rem. Es usted.
Lino ¡Por Dios, señora, que está mi padre delan-
te! (Suena una campanilla )
José ¿Pero qué dicen ustedes?
Lino Que el padre es otro, sino que se ha muer-
to, y don Rorue ...
Rkm. Mi marido
Lino Bueno, pues su marido de usted se va á ca
sar con doña Torcuata, madre de mi novia como he confesado á mi padre.
Rem. ¡Ay, Dios mío!
ESCENA XXII
DICHOS y BLASA
Blasa Señor, el caballero de antes, don Roque
Salvadera le busca á usted. Lino |Demonio! Ahora es lo mío, ahora me pelau.
Rem. El, ahora lo averiguaré todo. ¡Que entre,
que entre! José ¡Vaya un conflicto!
Rem. Quiero verlo; si no, venga usted conmigo y
explíqueme eso de que mi marido va á ser
padre, y como yo averigüe... ¡salgo y me lo
COmo! (Entran lateral derecha.)
Jóse Dile que pase.
Blasa Voy. (¿Qué es esto?)
José A todo esto el granuja de mi sobrino que-
riéndose escapar á la isla de Cuba con una muchacha.
ESCENA XXIII
DON JOSÉ y DON ROQUE
Roque Beso á usted la mano.
José Muy señor mío.
Roque Caballero. Antes he venido...
José Sí, ya sé. (Veremos por dónde sale.)
- 31 —
Roque
José
Roque
José Roque
José Roque José Roque
José Roque
José
Roque
José Roque
José
Roque
José
Roque José
Roque
José
Roque
Caballero; yo soy una persona digna, un
hombre honrado, aunque me esté mal el
decirlo.
(Y tan mal.)
Y vengo aquí á volver por los fueros de la sociedad y de la familia. Yo soy empleado en la Dirección de Impuestos. Apenas voy á la oficina, pero allí todo el mundo me conoce..
Por faltón .
No, señor; por mi rectitud. Pues bien, usted tiene un sobrino.
(¡Canastos!) (aiio.) No, señor, un hijo. Un sobrino
Pero .hombre, ¡si sabré yo lo que esl Bueno, verá usted; él me dijo que era usted su segundo padre.
Pues soy su primer padre, caballero. Bien, vam°s al caso. El asunto es que hay dos mujeres solas en el mundo, desampara- das, que han sido víctimas de los engaños de su sobrino Alvaro.
(¡Cielos! ¿Si será otro enredo de mi sobrino?) ¿Usted se refiere á una carta en la que mi sobrino proponía á esa muchacha que hu- yera con él á la isla de Cuba? ¡Cá! No, señor. Yo á lo que me refería es á que ese joven le empeñó á la muchacha una pulsera, y vengo por la papeleta. ¡Una pulsera! ¿Pero de qué joven se trata? De Teresita, la hija de doña Torcuata, mi futura mujer, una pobre viuda sin más apo- yo que el mío.
¡Caracolitos, caracolitos! Baje usted la voz. No me da la gana. (En voz alta.) Sé que tiene usted una hija que se llama Dolores.
(Transición ) ¿Qué dice Usted?
Y que es usted casado y que está usted en- gañando á esa pobre viuda á quien trata us- ted de defender.
Pero...
Y que su mujer de usted, está en ese cuarto- ¡Dios mío! ¿Dónde?
— 32
JOSK
Roque José Roque José
Roque
José
Roque
José
Roque José
Roque José
Roque José
Roque
Jo^É
Roque José
En ese cuarto. ¡Cielos!
Y que usted es... (eu voz alta.) Baje usted la voz.
El primero que debe desligar á mi sobrina
de ese compromiso.
¡No grite usted, por todos los santos! Yo lo
desligaré de todo lo que usted quiera. Pero,
diga usted, ¿á qué ha venido mi mujer
á esta casa?
¿Usted tiene una hija?
Sí, señor.
Pues bien, mi sobrino, con el nombre de mi
hijo, la ha hecho el amor.
¡Caracoles!
Y su mujer de usted venía con no sé qué pretextos á obligarme á formalizar los com- promisos de mi sobrino.
Entonces, es Alvaro...
Es mi hijo, que sin duda ha tomado el nom- bre de mi sobrino, imitándole. Bueno, sálveme usted. ¿Qué he de hacer? Convencer á su mujer de usted de que debe dejar en paz á mi sobrino. En seguida. ¡Suelte usted al toro! Allá voy.
Me quitaré de aquí, por si acaso. (Abriendo.) Salga usted, señora.
ESCENA XXIV
DICHOS, D." REMEDIOS y luego LINO, ALVARO y ¿NGUS1IAS
Roque (Fingiendo sorpresa.) ¡Remedios! ¿Qué haces aquí?
Rem. Vengo á velar por la honra de tu hija, mien-
tras tú .. Dime, ¿quién es esa Torcuata?
José Señora, era una mentira tramada entre mi
hijo y mi sobrino para confundir á usted.
Rem. ¿Será cierto?
José No lo dude usted.
Roque ¿Y puedes dudar .. de mi cariño?
— 33 —
José Y para mayor satisfacción de ustedes. . .
Rem. Llame usted á su sobrino. Quiero decirle
cuatro desvergüenzas, y que me dé las
cartas... José ¡Señora, yo se las enviaré!...
Rem. ¡Caballero, no me iré de aquí sin ellas!
JOSÉ En fin... ¡Lino, Alvaro! (Salen Lino primera dere-
cha y Alvaro y Angustias, primera izquierda.)
Rem. (a Alvaro.) ¿Conque quería usted llevarse á mi
hija á la isla de Cuba?
Alv. Sí, señora.
José Y diga usted, bribón, ¿á qué?
Alv. A tomar café.
Rem. ¿A tomar café tan lejos?
Alv. Señora, era al café de la Isla de Cuba donde
quise llevarla.
José ¿Ve usted? Y dime, ¿por qué has tomado el
nombre de Lino?
Alv. Por prudencia. (Aparte.) Ahora la aplasto.
Porque me lo aconsejó un primo de esta se- ñora.
Rem. (¡Por Dios, joven, calle usted!)
Roque ¿Qué primo, qué primo es ese?
Lino (Apresuradamente.) ¡Caballero, no tendría incon-
veniente en devolver á usted la papeleta! ¡Pero es el caso!...
José (Llevándole aparte.) ¡Desgraciado, calla! Dame
la papeleta.
Lino Pues es el caso, que la papeleta también la
tengo empeñada.
José Bueno, dame la papeleta de la papeleta.
Lino Pues es el caso que... la papeleta de la pa-
peleta... la he vendido.
José ¡Canalla!
Lino Pero si doña...
Roque (¡Que me pierde usted!)
José ¡Silencio todo el mundo! Yo hablaré solo.
(Han ido de pillo á pillo.) Para convencer á ustedes de que deseo pagarles de alguna manera el disgusto que les han causado estos jóvenes, les anuncio ante ustedes un castigo. A este, (Por Lino.) le voy á meter interno en un colegio. Y á este otro, (Por
Alvaro) le VOy á casar COn esta. (Por Angustias),
- u -
y además le condeno á pedir benevolencia á estos señores.
ALV. (Al público.)
Esto es virar en redondo, aunque no temo á un naufragio, si no me aplaudes, presagio que vamos todos á fondo.
TELÓN
NOTA
Faltaría á un deber de gratitud si no con- signara mi agradecimiento á Loretito Prado, Enrique Chicote y demás artistas que repre- sentaron este juguete dando una prueba más del talento que les distingue.
Gracias á todos y... hasta otra.
(3/ i^sítuto
CBRAS DEL MISMO AUTOR
Casa editorial. La verdad desnuda. Las manías. Ortografía.
El fuego de San Telmo. Las guardillas. Candidato independiente. La leyenda del monje. Las campanadas. Los mostenses (1). Un no y un sí [2). Sobresaltos y saltos. El rompeolas (2) . De pillo á pillo.
(1) En colaboiación con Carlos Arnich.es y Celso Lucio.
(2) ídem, id. con Santiago Arambilet.
PUNTOS DE VENTA
MADRID
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